Centroamérica fortalece su articulación regional

Foro Centroamerica Vulnerable

Antigua Guatemala, agosto de 2025. Con la presencia de más de un centenar de organizaciones sociales, pueblos indígenas, juventudes, mujeres, comunidades afrodescendientes, defensores de derechos humanos y representantes de la sociedad civil organizada de toda la región, se llevó a cabo en Antigua Guatemala el XVI Encuentro Regional del Foro Centroamérica Vulnerable, ¡Unida por la Vida!.

Desde su creación en 2009, este espacio se ha consolidado como una plataforma de articulación y construcción colectiva en torno a la crisis climática, y en esta edición, bajo el lema “territorios, resiliencia y esperanza”, reafirmó su papel como referente regional en la defensa de la vida, la equidad y la justicia climática.

El encuentro tuvo como objetivo central generar un pronunciamiento regional que posicione a Centroamérica en la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP30), que se celebrará en Belém, Brasil. Las organizaciones participantes hicieron un llamado firme y respetuoso a la comunidad internacional para que se reconozca la alta vulnerabilidad de Centroamérica frente a los efectos del cambio climático.

Entre las principales demandas destacan la necesidad de garantizar un financiamiento climático justo, suficiente y adecuado para procesos de adaptación, atención a pérdidas y daños, y acceso a recursos que lleguen de manera directa a los territorios y comunidades. Asimismo, se subrayó la urgencia de avanzar en negociaciones vinculantes que fortalezcan la ambición de mitigación y aseguren compromisos coherentes a nivel global.

Durante dos jornadas de trabajo, las delegaciones nacionales de Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala y República Dominicana, así como foros territoriales guatemaltecos de Alta Verapaz, Huehuetenango y Chiquimula, junto a redes y organizaciones de toda la región, participaron en diálogos, conversatorios y plenarias que abordaron los principales desafíos socioambientales.

Entre los temas tratados se incluyeron la democracia y los derechos humanos en contextos de riesgo, los impactos de la crisis climática sobre la movilidad humana, la protección de defensores de territorios y pueblos indígenas, la biodiversidad y los ecosistemas, el rol del Acuerdo de Escazú, los retos de la cooperación internacional, la crisis del recurso hídrico, la preparación frente a desastres y la necesidad de mecanismos más ágiles de financiamiento climático. Estos espacios no solo permitieron compartir experiencias locales y saberes comunitarios, sino también delinear propuestas conjuntas que serán elevadas a los tomadores de decisión en la COP30.

La Fundación Heinrich Böll, un año más, brindó su apoyo decidido a esta iniciativa regional. Ingrid Hausinger, directora regional y coordinadora del Programa de Ecología de la fundación, participó activamente en el foro moderando el diálogo sobre los retos geopolíticos y la crisis climática desde una mirada ecofeminista. Su intervención destacó la importancia de visibilizar cómo las mujeres y comunidades en situación de vulnerabilidad enfrentan de manera diferenciada los impactos de la crisis ambiental, al tiempo que generan soluciones innovadoras desde los territorios. La participación de la Fundación Böll reafirma su compromiso con la promoción de la justicia climática, la equidad de género y la resiliencia comunitaria, en coherencia con su misión de acompañar a las sociedades en transición hacia modelos más sostenibles y democráticos.

Como resultado del encuentro, se consensuó un pronunciamiento colectivo que será llevado como insumo central a la COP30 y que servirá también de herramienta de incidencia en espacios regionales y nacionales. Dicho documento incluye compromisos para movilizar fondos climáticos hacia las comunidades, fortalecer redes regionales de articulación, incidir en la formulación de políticas públicas con enfoque de equidad y justicia, y dar seguimiento a los avances y rezagos en materia de derechos humanos, mitigación y adaptación climática. Este pronunciamiento no solo recoge las preocupaciones de los pueblos centroamericanos, sino que también ofrece propuestas concretas para garantizar un futuro digno y seguro para las próximas generaciones. El XVI Encuentro confirma así que la sociedad civil de Centroamérica, en toda su diversidad, continúa unida en defensa de la vida y en la construcción de una región más justa, resiliente y solidaria.